Lejos

Con las venas abiertas hacia las montañas,

con los ojos llenos de niebla

sin que apenas importe,

con los pies descalzos sobre la nieve,

aquí me tienes.

 

Soy hija del cierzo y me reconozco

en la corteza de los árboles.

Su tiempo es mi tiempo,

su canto es mi canto.

Vivo enraizada a esta tierra

que siempre me falta

y nunca es suficiente.